jueves, 25 de septiembre de 2014

Chile-Bolivia: Conflicto irresuelto




Chile-Bolivia: ElConflicto irresuelto



Los conflictos –nacionales o internacionales– pueden ser de naturaleza jurídica o política. Nuestro conflicto histórico con Bolivia es político. Jurídicamente, el Tratado de 1904 resolvió el diferendo limítrofe entre ambos países. Sin embargo, aquel fue completamente insatisfactorio para el país vecino.


Para entender lo anterior tenemos que saber, en primer lugar, que Chile y Bolivia suscribieron en 1895 un Tratado por el cual Chile se comprometía a cederle a Bolivia una franja soberana de territorio entre Chile y Perú, cuya ubicación dependería del arreglo final sobre Tacna y Arica. El tratado nunca se ratificó; y una vez que Chile superó el peligro de guerra con Argentina cambió su política hacia Bolivia en 180 grados, ofreciéndole solo “puertos libres” sin soberanía.

Chile ha ocupado el litoral y se ha apoderado de él con el mismo título con que Alemania anexó al Imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo título con que los Estados Unidos de la América del Norte han tomado a Puerto Rico. Nuestros derechos nacen de la victoria, la ley suprema de las naciones 

Crisis boliviana antes de la guerra

Por otro lado, necesitaba inversiones extranjeras para explotar “diversos tipos de riquezas nacionales”, pero “la indefinición de una guerra perdida, pero no liquidada, era mortal para los capitalistas extranjeros”.

“Bolivia tenía dificultades limítrofes no solo con Chile, sino con todos sus otros vecinos: Paraguay (por el Chaco), Brasil (por la región de Acre), Perú y Argentina; sus finanzas, además se hallaban gravemente quebrantadas”.

De este modo, a nadie puede extrañar que ya en 1910 el canciller boliviano, Daniel Sánchez, en memorándum dirigido a Chile y Perú, señalara que “Bolivia no puede vivir aislada del mar”, y que necesitaba “por lo menos un puerto cómodo sobre el Pacífico”

Además que una obvia consideración de nuestros intereses nacionales debiera tener en cuenta que preservar permanentemente nuestras malas relaciones con nuestros dos vecinos del norte nos significa también una permanente desventaja con Argentina, aunque este país no lo quiera. 




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